Dr. Octavio Rivera Magaña
F.I.C.S.
El cáncer de la piel es una enfermedad en la que se encuentran células cancerosas (malignas) en las capas exteriores de la piel. La piel protege al cuerpo contra el calor, la luz, infecciones y heridas. También almacena agua, grasa y vitamina D.
La piel está compuesta por dos capas principales y varias clases de células. La capa externa de la piel se llama la epidermis. Esta contiene tres clases de células: células planas en forma de escamas en la superficie llamadas células escamosas; células redondas llamadas células basales y unas células llamadas melanocitos las cuales le dan el color a la piel.
La capa interna de la piel se llama la dermis. Esta capa es más gruesa y contiene vasos sanguíneos, nervios y glándulas sudoríparas. El pelo (vello) de la piel también crece en unas bolsas diminutas de la dermis llamadas folículos. La dermis produce el sudor, el cual ayuda a enfriar el cuerpo, y aceites que impiden la resequedad de la piel.
Hay varios tipos de cáncer que se originan en la piel. Los más comunes son el cáncer de las células basales y el cáncer de las células escamosas. Estos tipos de cáncer de la piel se denominan cánceres de la piel no-melanoma. El melanoma es un tipo de cáncer de la piel que se origina en los melanocitos. No es tan común como el cáncer de las células basales o el cáncer de la piel de células escamosas, pero es mucho más grave.
El cáncer de la piel es más común entre las personas cuya piel es más blanca y han pasado mucho tiempo expuestas a los rayos solares. El cáncer de la piel puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero es más común en las áreas con mayor exposición a los rayos solares como la cara, el cuello, las manos y los brazos.
El aspecto del cáncer de la piel puede variar. El signo más común del cáncer de la piel es un cambio en el aspecto de la piel, como por ejemplo un crecimiento o herida que no sana. A veces puede haber una pequeña protuberancia. Esta protuberancia puede ser de apariencia suave, brillante y cerosa, o puede ser roja o marrón rojizo. El cáncer de la piel también puede aparecer como una mancha roja áspera o escamosa. No todos los cambios en la piel significan que se tiene cáncer; sin embargo, se deberá ver al médico cuando note algún cambio.
Si la persona tiene una mancha o protuberancia en la piel, el médico puede extraerla para analizar el tejido en el microscopio. Este procedimiento se conoce como biopsia. La biopsia generalmente puede llevarse a cabo en el consultorio médico. Antes de la biopsia, se administra un anestésico local para adormecer el área durante un corto período.
La mayoría de los cánceres de la piel de tipo no melanoma pueden curarse. La probabilidad de su recuperación (pronóstico) y elección de tratamiento dependerán del tipo de cáncer de la piel que se tenga y qué tanto se ha diseminado.
Otros tipos de cáncer que pueden afectar la piel son el linfoma cutáneo de las células T, un cáncer del sistema linfático, y el sarcoma de Kaposi. Los cánceres que se han originado en otras partes del cuerpo también pueden diseminarse (por metástasis) a la piel. El sarcoma de tejido blando es un cáncer que comienza en los tejidos blandos del cuerpo, como los músculos, los tendones, la grasa, los vasos linfáticos, los vasos sanguíneos, los nervios y el tejido que rodea las articulaciones. Los tumores se pueden encontrar en cualquier parte del cuerpo, pero con frecuencia se forman en los brazos, las piernas, el pecho o el abdomen.
Los signos del sarcoma de tejido blando incluyen un bulto o hinchazón en el tejido blando. A veces no hay signos o síntomas hasta que el tumor es grande y presiona los nervios cercanos u otras partes del cuerpo.
Tanto los niños como los adultos pueden presentar sarcoma de tejido blando. A menudo, el tratamiento funciona mejor en los niños y pueden tener una probabilidad mejor de curarse que los adultos.
Hay muchos tipos de sarcoma de tejido blando, según el tipo de células de tejido blando donde empezó el cáncer. Los diferentes tipos se pueden tratar de distinta manera.
El rabdomiosarcoma es el tipo más común de sarcoma de tejido blando en los niños. Comienza en los músculos que se unen a los huesos y ayudan a mover el cuerpo. La mayoría de los rabdomiosarcomas se diagnostican en niños menores de 10 años. Los rabdomiosarcomas suelen formar bultos cerca de la superficie del cuerpo y se detectan pronto.
Los tumores del estroma gastrointestinal son sarcomas de tejido blando que se forman en los tejidos blandos del tracto gastrointestinal; por lo general en el estómago o el intestino delgado. Son más comunes en los adultos, y pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los tumores del estroma gastrointestinal suelen no producir síntomas tempranos.
El sarcoma de Ewing, el sarcoma de Kaposi y el sarcoma uterino son otros tipos de sarcoma de tejido blando.
La radioterapia y ciertas enfermedades y afecciones heredadas pueden aumentar el riesgo de presentar un sarcoma de tejido blando.
Hay varios tipos de cáncer de hueso.
El osteosarcoma es el cáncer de hueso más común. Comienza en las células óseas que elaboran nuevo tejido óseo. Por lo general, se forma en el extremo de los huesos largos, como los huesos de la pierna, pero se puede formar en cualquier hueso. Es más común en los adolescentes y en los adultos mayores de 65 años. El histiocitoma fibroso maligno de hueso es un cáncer de hueso muy poco frecuente. Se trata como el osteosarcoma.
El sarcoma de Ewing incluye varios tipos de tumores óseos. Los tumores del sarcoma de Ewing habitualmente se forman en los huesos de la cadera, en las costillas o en el medio de los huesos largos. La enfermedad se presenta con mayor frecuencia en adolescentes y adultos jóvenes. Los tumores de Ewing son más comunes en el hueso, pero también se pueden formar en el tejido blando.
Un tratamiento anterior con radiación puede aumentar el riesgo de osteosarcoma. Un pequeño número de cánceres de hueso son causados por afecciones heredadas. Los signos y síntomas de los tumores óseos incluyen un bulto, hinchazón y dolor.
El cáncer de huesos es poco frecuente. La mayoría de los tumores óseos son benignos (no cancerosos).
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